Dark Souls: más oscuro que mi alma

En la Edad Antigua,

El mundo era amorfo y estaba envuelto en niebla.

Una tierra de riscos grises, árboles gigantescos y dragones eternos.

Pero entonces llegó el Fuego.

Y con el Fuego, llegó la Disparidad.

Calor y frío,

Vida y muerte,

Y por supuesto… Luz y Oscuridad.

Entonces, ellos surgieron de la oscuridad.

Y encontraron las almas de los dioses dentro de la llama.

Con la fuerza de los dioses, desafiaron a los dragones

Y los dragones desaparecieron.

Así comenzó la Edad del Fuego.

Pero las llamas se apagaron, y solo quedó Oscuridad.

Ahora solo quedan ascuas,

Y el hombre ya no ve el sol; tan solo noches eternas.

Entre los vivos pueden verse a los que sufren la maldición de la Señal Oscura.

Así es.

La Señal Oscura de los no muertos.

En esta tierra,

Han reunido a todos los no muertos para llevarlos al norte.

Allí los encerrarán hasta que llegue el fin del mundo.

Es tu destino…

 

Y con estas palabras y apareciendo completamente desarmado en una celda empieza Dark Souls, el ARPG creado por From Software para PlayStation 3 y Xbox 360, y más tarde por petición popular saldría un cutre-port para PC, pero no os culpo chicos de From Software, era vuestro primer juego para PC, bastante bien os salió.

Volviendo al tema, el gameplay de Dark Souls consiste en dungeon crawling a través de Lordran, que es como Australia: el 99% de lo que allí habita intentará matarte brutalmente, el otro 1% intentará matarte disimuladamente. Hasta las rocas del suelo son un peligro. Nada más empezar el juego crearemos nuestro personaje, escogiendo las típicas opciones de pelo, cara, ojos, etc. y una de las 10 clases con la que empezaremos y definirán nuestras habilidades al empezar la partida. Las clases son Guerrero, Caballero, Trotamundos, Ladrón, Bandido, Cazador, Mago, Piromante, Clerigo y Marginado, cada una con sus características y su equipamiento inicial, por ejemplo el Caballero tiene la armadura más resistente de todos, pero el Bandido tiene más fuerza a la hora de repartir hostias; el mago tiene más hechizos que el Piromante pero este tiene un hacha y equilibra magia y cuerpo a cuerpo. El Marginado es un caso aparte, empieza sin equipamiento, armado con un palo, pero sus estadísticas iniciales son las más altas y equilibradas, pudiendo moldearlo a tu gusto más tarde. Una vez listo nuestro intrépido guerrero, apareceremos en la celda con una espada rota y la armadura por defecto de nuestro personaje, y al salir de la celda y subir unas escaleras nos encontramos una puerta que tras cruzarla hará que nos caiga del cielo nuestro primer jefe, frente al que podemos hacernos los chulos y darle de hostias con mango de espada o huir y empezar el tutorial del juego donde nos darán el resto del equipo y podremos ahostiar en condiciones al jefe. O que nos dé la del pulpo  y tengamos que intentarlo de nuevo.

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Para sobrevivir nuestro personaje podrá equiparse armadura en cabeza, brazos, pecho y pies, dos huecos para anillos, 5 huecos para objetos consumibles, dos huecos para armas o escudos por brazo (para intercambiar rápidamente en combate) y un hueco para magia y/o milagros. Gracias a estos huecos podremos cambiar rápidamente de objetos sin tener que pasar por el menú, que al ser menú sin pausa abrirlo a veces es mortal y cambiar el espadón gigantesco de la mano derecha por una lanza puede salvarnos la vida, pero esto tiene un doble filo, cuanto más equipo llevemos, más pesaremos, y hay una gran diferencia entre un peso pluma que rueda ágilmente lejos del hachazo del enemigo y que en vez de rodar se caiga al suelo. Mientras el primero que optara por armas pequeñas como katanas o estoques y ropa ligera se centrará en ser más rápido que el enemigo, el segundo que optara por las armas grandes como alabardas o espadones y armaduras y escudos tochos se centrará en aguantar los golpes y soltar un sopapo de los gordos. ¿Es mejor un estilo que otro? Pues no, esto es lo bueno de Dark Souls.

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No hay un “esta es la mejor arma” ni un “esta clase es la mejor”, no hay nada definitivo, sobre todo con las clases. Que empecemos ladrón no significa que terminemos siendo ese escurridizo asesino con dagas, cuando subamos de nivel podemos modificar cualquier atributo, con el tiempo podemos convertir a nuestro ladrón en un tanque, a nuestro guerrero en un mago o a nuestro clérigo en un asesino, no es “este estilo es mejor”, es el estilo con el que te encuentres más cómodo. Tienes que pensar si te gusta más ser un jugador ágil y estratégico o un tanque con una muralla china en el brazo izquierdo y una espada de dos metros que más que una espada es un trozo de metal enorme en el derecho. Y lo mismo va para las armas y los escudos. La cantidad de armas es apabullante, desde dagas hasta mazas de dos metros, pasando por lanzas, espadas de todas clases, alabardas, cestus, katanas, arcos y ballestas, cada uno con sus propias características y cualidades. Por ejemplo las dagas causarán menos daño pero potenciarán los críticos, las lanzas tendrán más alcance pero cubrirán menos área horizontal, las alabardas cubrirán tanto la distancia como la horizontalidad, pero si los golpes no impactan nos dejarán vendidos, y los espadones harán un daño brutal, pero son leeeeeeeeentooooooooos. Y con los escudos pasa igual, hay tres tipos de escudo: pequeños, medianos y grandes. Los pequeños no nos protegerán de todo el daño, pero podremos realizar contraataques más fácilmente con ellos, los medianos son el punto intermedio, podremos realizar contraataques y nos protegerán de casi todo el daño, y los grandes son los pesos pesados, tu muralla china particular, no pueden hacer contraataques, pero un escudo grande levantado para cualquier golpe. No es “este estilo es el mejor”, es mas “con este estilo me siento cómodo”. A fin de cuentas, escoja lo que escojas, el juego te maltratará de todas formas.

Las magias y milagros hay que comentarlos aparte. Para lanzarlos, primero hay que tener un catalizador o un talismán equipado en la mano y cumplir las condiciones de inteligencia o fe necesarias. Una vez tengamos todo eso, podremos lanzar el hechizo o milagro un número determinado de veces. Aquí no hay barra de maná, cada hechizo o milagro tiene un número de veces que podemos lanzarlo, una vez lo hayamos agotado, o cambiamos o visitamos una hoguera, con todo lo que ello conlleva.

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Las hogueras serán nuestro único checkpoint en todo el juego, en ellas reviviremos, subiremos de nivel, almacenaremos cosas, y conseguiremos los preciados frascos de estus, que solo se consiguen en ellas y son la única forma no mágica de conseguir vida. Todo es mágico y maravilloso en las hogueras salvo por una cosa: todos los enemigos que hayamos matado (y no sean jefes) aparecerán de nuevo. Normalmente eso daría igual, pero esto es Dark Souls, aquí si se juntan tres enemigos de los cutres ya es una amenaza seria. Que reaparezcan los enemigos en cualquier juego es normal, aquí que reaparezcan en la zona que llevas una hora intentado pasarte es un dolor. Dark Souls no es fácil, no es ese juego en el que si mueres 5 veces seguidas se te dice amablemente si quieres poner el modo fácil, aquí si mueres 5 veces tendrás el mismo resultado: el cartel de “Has muerto” y aparecer en la última hoguera que visitaste siendo Hueco, sin almas y sin humanidad.

Las almas se obtienen matando enemigos o encontrando almas sueltas por ahí de guerreros que ya han muerto y sirven para subir nivel, comprar cosas y mejorar/reparar los objetos, está claro que es un recurso valioso pero abundante, siempre habrá enemigos a los que matar. La humanidad es un caso aparte, ese duendecillo llamado humanidad es un objeto consumible, cuesta caro, solo lo venden determinadas personas y es difícil de encontrar. Podemos tener almacenado toda la que queramos, pero hay que usarla para ver sus beneficios: recuperamos toda la vida y nuestro contador de humanidad sube en uno por cada humanidad que usemos. Las ventajas de tener el contador de humanidad son amplias: más resistencia, algunas armas hacen mas daño, y si ofrecemos humanidad podemos avivar las hogueras (hacer que en vez de dar 5 frascos de estus den 10) y dejar de ser Huecos para ser humanos. Entonces está bastante claro que tener humanidad acumulada es bueno, hasta que mueres. Cuando mueres, como dije antes, pierdes toda la humanidad y almas que tenías, pero no es el fin del mundo, si vuelves adonde has muerto y tocas tu mancha de sangre recuperas todo lo que has perdido, pero solo si vuelves SIN MORIR. Si por las prisas por recuperar tus cosas te matan, di adiós a lo que ibas a recuperar, una nueva mancha de sangre aparecerá donde has muerto con lo que tenías en ese instante y la otra desaparecerá para siempre junto con tus sueños y esperanzas de usar esas almas para subir nivel o usar la humanidad para dejar de ser Hueco.

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Anor Londo, el único lugar donde el sol brilla.

Explicaré lo de Hueco. Cuando morimos, apareceremos en un estado llamado Hueco, donde parecemos un muerto andante y tenemos ciertas ventajas y desventajas. Mientras seas Hueco, no puedes avivar hogueras para que te den más estus ni podrás invocar a otros jugadores o NPCs para que te ayuden en la partida, pero también tiene un lado bueno: no pueden invadirte. Invadir es cuando otro jugador entra en tu partida con solo una misión: matarte para ganar almas y humanidad, y la única forma de que se vaya es matándolo tú. Dando una humanidad puedes dejar de ser Hueco y recuperar la forma humana, pudiendo invocar y avivar hogueras, pero cualquier jugador que quiera almas y humanidad podrá ir a por ti. Nadie dijo que sería fácil.

Pero aunque el juego sea difícil, lo compensa con un control a prueba de bomba. Nos moveremos con los joystick, con la cruceta cambiaremos rápidamente el equipamiento como expliqué antes y los botones frontales del mando servirán para usar los objetos, rodar, correr, etc. Con los botones traseros del mando manejaremos las armas/escudo que tengamos equipados. Con el R1/RB haremos un ataque ligero con el arma derecha y con R2/RT haremos un ataque fuerte, que hará más daño pero consumirá más resistencia. Con L1/LB bloquearemos si tenernos un escudo o atacáremos si tenemos un arma y con L2/LT haremos contraataques que si los hacemos en el momento justo romperemos el ataque del enemigo y al atacar saldrá una animación que le quitara un buen trozo de vida, pero solo si tenemos un escudo/arma que nos lo permita, si el escudo es grande golpearemos con él. Además se nos da la opción de en cualquier momento empuñar nuestra arma a dos manos con solo pulsar un botón. Al empuñarla a dos manos se reduce la fuerza necesaria para empuñar un arma (por ejemplo si necesitamos 50 de fuerza para empuñar a una mano, a dos manos necesitaremos 30), el movimiento del arma cambiará y nuestros golpes harán más daño que a una mano, pero no podremos usar el escudo, es un gran riesgo que da grandes recompensas.

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100% Dragón. 300% Dientes. Prepárate a ser masticado.

Por supuesto, cada acción consume resistencia. Debajo de la vida tendremos una barra verde que indicará nuestra resistencia, con cada acción ira bajando y si no hacemos nada salvo caminar se irá regenerando, pero si tenemos el escudo levantado o nuestra armadura es muy pesada se regenerará más lentamente. Pero no penséis en una barra de resistencia a lo Skyrim. Aquí no te puedes pasar el juego machacando el botón de ataque con un hacha en cada mano. Si se nos agota la barra de resistencia, no podremos hacer nada más, ni atacar, ni correr, no rodar ni bloquear. Y al bloquear, cada golpe que paremos nos quitará resistencia, si nos deja sin ella romperá toda defensa y nos dejará a merced del enemigo. Controlar nuestra resistencia es vital si queremos sobrevivir. Aquí no sirve pulsar botones a lo loco, hay que pensar qué hacer.

No me cansaré de repetirlo: el juego es difícil. Hasta el enemigo más cutre puede quitarnos media barra de vida si nos despistamos o nos confiamos, y si se juntan 3 o 4 ya es todo un reto. Los jefes son un desafío que intentaremos una y otra vez hasta que les cojamos el punto. Como vayamos muy lanzados podremos caer por acantilados al cruzar puertas o en alguna de las trampas repartidas por el juego. Además, si un enemigo tiene un arma venenosa, aunque bloqueemos el golpe parte del veneno se nos pasará, y cuando la barra se llene nos envenenará aunque hayamos bloqueado todos sus golpes. Pero la mayor putada son las maldiciones. Si un enemigo te maldice, mueres al instante, revivirás con la mitad de la vida y sin poder avivar hogueras, hasta que no te deshagas de la maldición no podrás curarte mas allá de la mitad de la barra de vida ni avivar hogueras, y antes del parche 1.05, las maldiciones se amontonaban, es decir, si te maldecían de nuevo estando maldito, tu vida bajaba a 1/4, y si te volvían a maldecir, bajaba a un 1/8. Ah, y con cada NG+ (New Game+, vamos una partida nueva con todas nuestras armas y objetos anteriores) los enemigos hacen más daño y tienen mucha más vida. Maravilloso ¿eh?

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Hasta los cofres te matan. Bienvenido a Dark Souls.

Pero lo que más me gusta del juego es algo que hace tiempo que no había experimentado. Cuando quitaba el juego porque estaba cabreado por no poder pasarme un jefe o una zona, nada más soltar el mando en la mesa ya estaba pensando en volver a jugar y cómo haría la siguiente parte, pensando si un arma u otra me resultaría más eficaz. El juego es difícil, pero justo. Castigará tus fallos, pero la sensación de haberse pasado una zona, de haber derrotado a ese jefe con el que llevas 50 intentos es indescriptible. Me he llegado a levantar de la silla gritando “JODER SÍ” al vencer a un jefe, esa sensación es tóxica, es adictiva, es una droga.

Pero una de las mejores cosas del juego, algo de lo que no pude darme cuenta de su belleza hasta la segunda vez que me lo pasé: su historia y su trasfondo, que aunque sea vaga y apenas se nos cuenta nada, es bella y triste. Durante la primera partida hice todo lo que me dijeron, me dijeron que tocase las dos campanas y lo hice sin dudar, destruyendo todo lo que había en mi camino, me dijeron que era el elegido y me lo creí, dijeron que tenía que avivar la llama y prolongar la Edad del Fuego y lo hice. Creía haber salvado el mundo, creía que era el héroe de la historia.  Pero en la segunda partida, en vez de hacer una cosa, quise ir un poco más rápido y la dejé para más tarde, entonces apareció un NPC que no vi en la primera partida, y me contó una historia diferente. Entonces lo vi. Me di cuenta  de que de repente el bien y el mal eran difusos, no había ni blancos ni negros, todo eran grises. Sentí pena. Vi que los enemigos que creía que estaban allí para impedir mi objetivo simplemente estaban allí haciendo lo que siempre habían hecho o simplemente habían enloquecido y no sabían quiénes eran. Incluso luchan contra ti para protegerte. Un jefe que debes derrotar para obtener un anillo que te permite cruzar el Abismo lucha solo para evitar que nadie sufra lo que el sufrió tras perder a alguien en el Abismo. No había alegría tras derrotarlo, solo un vacío y tristeza.

Posiblemente el mejor ejemplo de esto está en el propio jefe final. Antes de continuar escuchad la canción que suena durante la batalla:

Dark Souls OST – Gwyn, Lord of Cinder

Es el jefe final, pero no hay una música épica, no hay una introducción en vídeo que nos muestre la maldad de nuestro rival, solo hay una triste melodía de piano y una lucha entre dos hombres. No luchas contra el grandioso Gwyn, Señor de la Luz Solar; luchas contra Gwyn, Señor de la Ceniza. No luchas contra un tirano, ni contra un demonio, luchas contra un hombre que ha dado su alma para avivar el Fuego. No luchas contra un poderoso y orgulloso guerrero, luchas contra un hombre viejo y asustado que lo ha perdido todo. No luchas por venganza, ni porque sea el mal que hay que derrotar, solo luchas porque te han dicho que debes hacerlo. Cuando lo derroté en la segunda partida y estaba ante la última hoguera, pensé “¿Estoy haciendo lo correcto?”. Me dieron a elegir: podía avivar la llama o podía sumir el mundo en la Edad de oscuridad. No sabía qué era lo correcto, creía que avivar la llama y prolongar la Edad del Fuego era lo correcto, ¿por qué lo creía? Porque me lo habían dicho, simplemente porque alguien me dijo que era lo correcto. ¿Me mintió? ¿O me mintió quien dijo que lo que me dijeron era mentira? Y allí estaba, mirando las ascuas y preguntándome qué hacer, y entonces me di cuenta. Dark Souls no es una epopeya épica del bien contra el mal. No hay ni héroes ni villanos. No existe ni lo correcto ni lo incorrecto. No eres un héroe elegido por los dioses para liberar al mundo, no hay gloria en tu lucha, cuanto más avanzas más la línea que separa el bien del mal se desdibuja.  Cuanto más avanzas ves como la gente va muriendo, o quien antes te ayudaba acababa enloqueciendo y tienes que matarlo con tus propias manos, nos muestra que la vida es más sufrimiento que placer.

Por eso es cruel.

Por eso es oscuro.

Por eso es triste.

Por eso es bello.

Francisco Robles

Informático que vive en una habitación con olor a moho mientras tiene extraños ciclos de sueño. Fanático de From Software y Team Shanghai Alice, devorador de manga y anime.

  1. Diego

    Excelente, tanto el juego como la manera en al que nos lo relatas, ya espero con ansia el dark souls 2

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  2. Adriartista

    Ídem de ídem. Entré a leer este análisis mientras estoy jugándolo y aún tengo más ganas de pasármelo…
    Puede que sea bello al final, desde la distancia, porque mientras juegas en La Tumba de los Gigantes o mientras mueres en Las Ruinas de Anor Londo la cosa cambia…
    Y sí, esperando el 2!

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  3. frank

    Hola, queria dedicar estas palabras para felicitar tanto el juego como tu narracion, muy epica muy nostalgica, no me considero un gamer, descubri este maravilloso juego por casualidad y me volvi un fan aferrimo de la misma, lo he jugado incansablemente descubriendo su historia, enojandome con la frustracion del novato – experimentado; ya que el conocer el juego no te libra del «You Died», sorprendiendome con las muchas formas de jugarlo y encontrar nuevas historias, items, armas, etc etc etc. He leido muchas reseñas, criticas, tutoriales, videotutoriales y demas sobre el juego tanto para aumentar mi entendimiento como para fascinarme con las opiniones a favor y en contra, en cuyo caso todas las opiniones muy respetadas para mi, en fin pase por aca y como mencione al principio me gusto y creo que en ningun lugar alguien describio este fantastico mundo de Dark Souls de la forma tan brillante y nostalgica, y por ello dejame felicitarte es un juego en verdad adictivo como ningun otro yo jugue en mi vida.
    Ahora estamos con Dark Souls 2, en mi humilde opinion muy bueno, muy dificil, muy frustrante y mil adjetivos mas que estan a la altura del primero, perooooo… creo yo que Dark Souls 2 jamas , jamas me maravillara como lo fue el Primero, debido al tema de la experiencia, por un lado me gustaria tener un borrado de memoria para jugar el 2 y revivir todo lo que pase para poder sobrevivir al 1, un sentimiento que jamas olvidare y del cual me hace que siempre mire con nostalgia el Dark Souls originario.
    En fin podria extenderme mas y seria un poco molesto, solo agradecerte la dedicacion para todas esas palabras sobre el juego y aca tenes un amigo mas desde buenos aires con el cual siempre podras intercambiar anecdotas. Un saludo y vayamos a la hoguera mas cercana donde nos sintamos seguros, porque saliendo de alli, moriremos muy seguramente jajaj, un abrazo Dark Souls el mejor juego que jamas experimente.

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    • Francisco Fernández (ParasiteTeromea)

      Extiendete mas si quieres, que comentar no molesta y es gratis.
      Si, el problema de DS2 como dices es que no es nuevo, ya vienes curtido del primero y los trucos te los sabes, es difícil que te pille con la guardia baja y eso hace que pierda bastante encanto. No es que sea malo, es que ya no tienes la sensación de superación que tienes como cuando por ejemplo matas al demonio cabra por primera vez.
      Ya nos intercambiaremos humanidad en una hoguera, un abrazo y gracias por el comentario.

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  4. Pablo Delgado

    Muy de acuerdo con lo que has escrito. Aunque hace que publicaste el artículo yo lo he leído ahora, porque no había jugado a este juegazo hasta este año (y ahora me arrepiento).
    -Al principio me encantó su dificultad y el sistema de combate
    -Luego me fascinaron sus niveles y la conexión entre ellos
    -Por último me fascinó la historia del Lordran, los personajes…
    Para mí es un 10/10

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