Los Prinnies son criaturas  con forma de pingüinos azules mal remendados que poseen alas de murciélago en su espalda y en cuyo interior se encuentran las almas de los pecadores. Los Prinnies terminan todas sus frases con un “Dood”. Cuando un humano pecaminoso muere, éste se convierte en Prinny y tiene que ganar dinero trabajando para saldar sus pecados y reencarnarse en humano de nuevo.

Si el Prinny tiene suerte, irá a Celestia  donde trabajará de sirviente; si no es afortunado irá a Netherworld, donde la ley del más fuerte es la máxima norma de los demonios. Allí son prácticamente esclavos. Pero siempre hay algo peor: si un Prinny quiere conocer lo que es la desgracia sólo tiene que acabar bajo las ordenes de Etna.

Etna, también conocida como “Beauty Queen Etna” (nombre autoimpuesto) tiene un gran número de Prinnies, y no es famosa por tratarlos bien precisamente. Su trato hacia ellos empeora cuando alguien roba el último flan de su nevera. Después de acariciar unos cuantos Prinnies con su hacha, se le ocurre algo gargantuesco: juntará mil Prinnies  para que busquen el Ultra Postre, un plato tan raro como peligroso que sólo unos pocos han conseguido catar. Para ello Etna le dará a su ejercito de Prinnies una bufanda, un accesorio que evita que exploten. Si mueren sólo tiene que darle la bufanda al siguiente Prinny con un plazo de diez horas; si no lo consiguen Etna buscará y matará personalmente a los Prinnies supervivientes. Así empieza este delirante y desquiciante juego en 2.5D de NIS para PSP sobre la búsqueda del postre perfecto.

¿Qué tipo de juego es? Prinny es un hack and slash con toques de plataformas. El sistema de juego en sí es muy sencillo. Nuestro Prinny tiene dos cuchillas que en tierra atacan la ostia de rápido y en el aire lanzan ondas con un curioso efecto de cámara. Añádanle lo habitual en estos juegos: un salto doble, el típico dash y un golpe aéreo con el culo que atontará a los enemigos. Nada más empezar el juego comprobarás cómo el contador de vidas marca una cifra nada habitual, mil. Puedes pensar que te enfrentas a un juego fácil, tirado. Quizá sería mejor que te dejaras dominar por el miedo y lanzaras tu PSP por la ventana mientras te refugias en una esquina de tu habitación sollozando como una nenaza.

Este es uno de los principales problemas del juego: Prinny parece un juego fácil, pero en realidad sólo lo parece. El manejo es complicado; si saltas, no hay forma de cambiar la dirección del salto, salvo con otro salto, cuya dirección ya no podrás cambiar, para bien o para mal. El dash es un movimiento traicionero y además para poder ejecutarlo tienes que hacer que tu Prinny gire como una bailarina unos instantes. Si giramos poco el dash no nos saldrá, y si giramos mucho el Prinny se mareará dejándonos vendidos ante todo lo que venga. Si a eso le sumamos el exquisito diseño de los niveles, y por exquisito me refiero a “¡DISEÑADOR DE NIVELES DE PRINNY, OJALÁ ARDAS EN EL INFIERNO!”  tenemos un juego con una dificultad de esa que está tan de moda con Dark Souls y el modo 1999 de BioShock Infinite. Ríete tu de la dificultad de Prinny. Si conoces a alguien que lo haya jugado y no reconoce que ha llorado de lo jodido que es, miente.

Por suerte tendremos a nuestra disposición diversos objetos como bombas, barriles e incluso vehículos, como el poderoso tanque Gear Metal YAY (¿de qué me sonará ese nombre?), algo muy típico en los juegos de NIS. Y esto me sirve para ir al siguiente punto.

Nippon Ichi Software es famosa – entre otras cosas – por su sentido del humor en los juegos. Tengan en cuenta que aquí están usando como protagonista a la mascota no oficial de la compañía, así que imagínense hasta dónde son capaces de llegar estos japoneses. El juego está cargado de chistes y homenajes divertidísimos que van desde la burla a los juegos de Kojima hasta ofrecer al jugador la posibilidad de rendirse en la misión, escapar del castillo y terminar el juego antes siquiera de empezar la primera misión.

Prinny no es el juego mas conocido de PSP y dudo mucho que después de leer estas líneas tengan ganas de hacerse con él de manera incontrolable, pero lo que deberían tener en cuenta es que Prinny es un juego desafiante, un desafío que pondrá a a prueba nuestra paciencia y habilidad dentro de un entorno que nos entrega lo que de verdad deberían aportar todos los videojuegos: diversión. Prinny es un juego divertido, es un juego para disfrutar porque su desarrollo es muy simple y engancha sin remisión. Bueno, también tengan en cuenta que aquí no llegó traducido y que está en inglés (como todos los juegos de NIS) por si eso les echa para atrás. Si no es así deberían darle una oportunidad a Prinny, un juego excelente que les convertirá en fans de estos bichos azules con bufanda. Dood.