Matemos rusos, nazis…y etarras

Hace unas semanas salía a la luz que en una nueva versión del popular juego Counter Strike se iban a incluir unos individuos con boinas y fuertes deseos de separatismo.

ETA por fin se incluía entre los amplios grupos terroristas que suelen copar Counter. El juego se basa en la clara distinción entre, digamos, el lado del bien, y el lado del mal, compuesto por toda una amalgama de mercenarios, sociópatas, rusos, talibanes, en fin, lo mejor de cada casa. ¿Qué es lo que ocurre ahora? Pues que por fin nos ha tocado.

Felices y contentos hemos estado siempre, en toda clase de videojuegos, arrasando rusos (la influencia de la Guerra Fría) y más modernamente terroristas islámicos (todo se actualiza). En los GTA hemos atropellado a negros, hispanos, blancos, a todo Cristo. En multitud de shooters hemos finiquitado al más amplio espectro de asesinos armados hasta los dientes. Pero siempre nos suponía algo sencillo, pues nada nos era cercano.

Aquí en España nos son tan ajenos los malvados y borrachos de vodka mercenarios rusos, como los terroristas de Afganistán cubiertos del polvo del desierto. Sí, los vemos por las noticias. Puede que en algún caso particular tengamos algún familiar o conocido al que le hayan afectado los conflictos entre estas naciones. Pero desde luego son casos muy minoritarios, y de poca repercusión comparado con el hondo dolor que esta banda de asesinos etarras ha causado en nuestro país.

Mucha gente ha criticado la inclusión de E.T.A. en el Counter Strike. Pero deben tener en cuenta el punto de vista moral.

El videojuego no se crea para ser moral. No se abre la caja y el manual comienza a hablarte diciendo que seas bueno. No lo hace. Y las películas tampoco.

Ya hemos ido superando con el tiempo el obstáculo de que, ante una película que trasvase los «moderados» límites morales, salga la caverna a criticarla por no ser un referente moral. De hecho en EE.UU series como Glee comienzan a ser criticadas por ser demasiado abiertas, mostrando con excesiva frecuencia asuntos homosexuales. Pero sin duda hemos avanzado mucho. No así en los videojuegos. Y ello se debe a que mucha gente no sabe aún que el mundo de los videojuegos mueve más dinero aún que el cine. Pero estamos adaptándonos, y la misma gente que piensa que las películas deben tener un referente moral, algo que añadir a nuestros espíritus, algo positivo, piensa ahora que esos videojuegos deben cumplir inexorablemente esos requisitos.

Los manidos argumentos de que si juegas mucho al GTA acabarás por pillarte una UZI para arrasar el centro comercial más cercano son dignos de una buena risotada, aunque mucha gente hay aún que creyó, y creería de nuevo, que los videojuegos fomentan la violencia al ver que un chico con katana mata a sus padres porque en sus horas libres se dedicaba a jugar al Final Fantasy:

Jóven asesina su familia "inspirado en FinalFantasy VIII"-1

Nauseabundo.

Un videojuego no fomenta la violencia, simplemente, si la tiene, la expresa.

Las personas que creen que los videojuegos influyen violentamente en otras son las mismas que creen que deberían inculcar valores. Y no. Ni las películas ni los videojuegos DEBEN inculcar nada. Sólo expresan ideas. Ideas distintas, bellas, violentas, preciosas, deportivas. Hay de todo, como en la vida. ¿Debería prohibirse El Padrino porque los valores que expresa son los de una banda mafiosa? ¿A que nadie piensa ahora en hacerlo? Ello se debe a que, como comentaba antes, el cine tiene ya una mayor aceptación en la cultura popular, mientras que el videojuego conserva aún un poco el estereotipo friki. No obstante dicha imagen va cambiando cada vez más, desde los niños que cada vez más chicos comienzan a embelesarse por la belleza digital hasta los futbolistas de élite que en las entrevistas confiesan si son más de Pro Evolution Soccer o de FIFA.

Los videojuegos son positivos.

El videojuego que sana la mente

Videojuegos buenos para ancianos

¿Sigo?

Busquen en Internet las mejoras que conlleva el uso prolongado de videojuegos, como la mejora en acciones grupales, pero también la fuerte predisposición a estar preparado para afrontar los problemas individualmente, por no hablar de una mejor concepción de la abstracción o de la mecánica de resolución de puzles.

Quienes critican a los videojuegos son ignorantes que por casos muy particulares pueden haber sufrido por culpa de ellos, o que nunca se han atrevido a probarlos debido a sus prejuicios, o que probándolos no logran sacarles el jugo que muchas otras personas logran extraer. Y es como el peatón que critica el uso de los coches porque uno atropelló a su señora, o porque nunca se atrevió a coger uno por miedo al impacto, o los probó pero sus ideales ecológicos le hicieron preferir la bicicleta.

Pero no impongas tu rechazo hacia el coche a los demás.

El videojuego es sano, es ya parte de nuestra vida, de nuestra sociedad, nos aporta muchísimo, nos aportará muchísimo, y nos equivocamos al pensar que deba de enseñarnos moral o valores alguno. Los valores y la moral lo trae uno de casa. Los buenos videojuegos, como las buenas películas, o las buenas series, son bellos espejos que, simplemente, nos permiten contemplar lo que somos, sin que el espejo merezca culpa alguna por mostrar al mundo lo que, por dentro, llevamos.

Guillermo G.M.

Fundador de Deus Ex Machina. Ha escrito en Desarrolloweb.com, Sphera Sports, Mondo Píxel, OchoQuince Magazine, Jot Down, Fuera de Series, El Butano Popular o Indieorama. Ha dado ponencias centradas en la historia del desarrollo independiente y en el indie fomenta la conciencia social.

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