Rajando to’ lo que se mueve

Viendo mi listado de artículos desde que estoy en Deus Ex Machina, más de uno al leer el título puede pensar que este mes voy a publicar un nuevo análisis como siempre y dedicarlo a hablar de las nuevas andanzas de la saga Metal Gear con la katana de Raiden de protagonista. Pues esta vez os equivocáis, voy a intentar ser un poquito menos predecible y me voy a lanzar con una pequeña reflexión sobre la evolución que está teniendo el mundo de los videojuegos en esto de las redes sociales y la web 2.0. Hasta la aparición (o mejor dicho, la expansión) de Internet, la mayoría de jugones de todo el mundo creció leyendo la popular Hobby Consolas para mantenernos al tanto de todos los rumores, noticias y novedades referentes a nuestro pasatiempo favorito. Ésta podríamos bautizarla como la primera etapa en la era de la información referente a las consolas. Aparecieron más revistas viendo el éxito de «la Hobby», algunas de bastante calidad por cierto, pero ninguna llegó al éxito y al carisma de la popular publicación mensual de Hobby Press. Durante estos años pocas personas podían demostrar sus conocimientos en videojuegos, todos nos creíamos de una forma u otra lo que aparecía en la revista y si teníamos una opinión diferente la compartíamos con nuestros amigos en la calle o nos la callábamos para nosotros. Eran otros tiempos.

hobbyconsolas

Todo empezó a cambiar cuando Internet se instaló en la inmensa mayoría de los hogares del mundo. Las webs de videojuegos no tardaron en aparecer y gracias a la facilidad de acceso que permite la red, sin moverte de casa y de forma relativamente gratuita, el triunfo del formato no era más que cuestión de tiempo. Los usuarios teníamos por fin más formas de ver las cosas, más opiniones distintas de los juegos que nos gustan, más información al fin y al cabo. Con la llegada de Google y WikiPedia todo esto se intensificó aún más. Teníamos a nuestro alcance una cantidad inmensa de conocimiento a la que acceder de forma sencilla. Obviamente los «gamers» del mundo se valieron de todo ésto para calmar su curiosidad por el mundillo y nos sirvió para conocer con todo el detalle y la profundidad que quisiéramos todo sobre nuestros juegos y desarrolladoras favoritas. Por si fuera poco, gracias a los foros no era difícil conocer gente con los mismos gustos y aficiones, gente de la que aprender y con la que compartir todo lo que aprendías navegando por la web. Un chollo comparado con lo que teníamos pocos años atrás.

200px-Tim_Berners-Lee_April_2009

Tim Berners Lee, inventor de la web

Y llegaron las redes sociales, la web 2.0, la expansión de lo social y de las relaciones humanas vía web. Una forma incluso más directa de compartir conocimiento e información. Este tipo de redes nos permite leer lo que nos interesa, conocer gente con nuestros gustos y aficiones, expresar abiertamente nuestras opiniones y pensamientos. Pero desde el principio se podía atisbar un posible peligro para la calidad de la información ofrecida. ¿Peligro? ¿Qué puede tener de malo el acceso instantáneo que permite Twitter en el que un pequeño repaso de 10 minutos por nuestra TL nos sirve para informarnos de todo lo interesante que está sucediendo a nuestro alrededor? La respuesta no es otra que el afán de protagonismo. La búsqueda de la fama y del «saber más que nadie». Las cuentas en redes sociales tanto de la mayoría de los medios especializados como de cualquier «usuario medio» aspiran a tener el mayor número de amigos/seguidores. Mayor repercusión, al fin y al cabo. A raíz de todo ésto se ha creado una moda nada sana como es el rajar por rajar, la crítica que te convierte en alguien guay por poner como los trapos algo a ojos de quién sabe quién. Realmente no creo que se trate de una moda pasajera, creo que al fin y al cabo somos así y con el éxito de las redes sociales ésto se ha visto demostrado y era una consecuencia casi inmediata. Toda persona humana siente un cierto gusto al criticar lo que critica todo el mundo, al ir a favor de la corriente (o todo lo contrario, criticar lo que a todo el mundo le gusta para parecer así más «cool»). Sea por la razón que sea, el caso es que parece que el hablar mal de algo nos hace a nosotros mejores. Ya no sólo en el mundo de videojuegos, ésto es perfectamente aplicable a cualquier ámbito. Ver fallos en lo ajeno siempre ha sido más fácil que ver los de nosotros mismos, pero hay que tener mucho cuidado con estas cosas y seguir al menos un criterio para no perjudicar esa calidad de la información de la que estamos hablando. Y mucho cuidado, obviamente este artículo no está en contra de toda crítica negativa (de hecho, se podría considerar él mismo como una). Una crítica negativa bien construida, con fundamento, ejemplos, bien explicada y con detalle es igual de válida que una positiva. No es ese el tema en el que estoy entrando. El tiro va para aquellos que se leen dos o tres artículos por Internet o en alguna revista sobre un juego o cualquier tema y ya se autodefinen como expertos en la materia. Y su opinión pasa a ser exactamente la misma a la de los medios que ha leído. Ni más ni menos. Pienso que se debe en su mayoría a una falta de conocimiento en la materia. Ésto provoca, en ese afán de ampliar su lista de amigos/seguidores, una obligación a opinar sobre ese juego o esa noticia que es un bombazo en ese momento y viene a decir casi cualquier pamplina que le pongan por delante. Sólo pido un poquito de personalidad y probar las cosas antes de opinar sobre ellas, porque esos mismos seguidores se pueden hacer una idea falsa si tienen un poco de fe en tus palabras. Hay gente que depende en mayor o menor medida de tu opinión, es lo que tiene eso de «social». El trabajo que hay detrás de ese videojuego que estamos criticando o esa nueva película suele ser muy grande, y como mínimo merece el respeto de ser probado antes de ser juzgado.  Una crítica negativa según en qué medios puede tirar por la borda el trabajo de mucha gente, tengamos esto en la mente. Ejemplos, voy a poner alguno claro porque todo esto puede haber hecho un lío a más de uno. Y empiezo por uno de los más evidentes entre la gente en la que me muevo, y el que siempre saco cuando hablo de este tema con amigos. Final Fantasy XIII. Señores, este juego puede tener 10.500 fallos y todos los que queráis, pero es un SEÑOR juegazo. Ahora más de uno me vendrá con su linealidad, el sistema de combate, que Square-Enix está en horas bajas y todo lo que ya he escuchado mil veces. Todo eso no me voy a poner ahora a discutirlo, el caso es que además de sus defectos tiene un millón de virtudes que a mi gusto superan con creces sus aspectos negativos. Pero de eso nadie habla. Todos queremos un Final Fantasy que lo parta todo como hacían hace ya unos años, y si la cosa no sale del todo bien (ya digo que es un juegazo pero objetivamente queda debajo de sus predecesores en muchos aspectos) pues ya todos los medios lo ponen por los suelos. A ver, quitadle por un momento el nombre de Final Fantasy y pensad en él como un juego aparte. ¿Hubiera sido tan duramente criticado? Poquísimas críticas positivas y un puñado de negativas incontable. Y por supuesto, muchas de ellas sin haber siquiera probado el juego, totalmente real lo que os cuento. Y no han sido sólo una o dos personas con las que he hablado y me han dicho: «no me gusta porque es lineal». Y la respuesta para mi pregunta «¿pero has jugado?» ha sido un no rotundo. Y tan tranquilos se quedaban. Rajar de FFXIII está bien visto y quedas de guay ante tus seguidores. final13

También existe el caso contrario de sagas tremendamente respetadas que por mucho bodrio que saquen van a seguir teniendo sus defensores y bien poco se va a hablar de sus defectos. O simplemente casos de juego sobrevalorados de los que se habla mucho sobre sus virtudes y muy poco de sus defectos. El primero que se me viene a la mente es Skyrim. Es un juegazo, de eso no cabe duda. Pero no me podéis negar que tiene miles y millones de defectos de los que pocas veces se habla, o cuando se habla de ellos pasan a un segundo plano y se les resta importancia (incluso son tomados con humor como en varios vídeos de YouTube). Un mundo amplísimo en el que puedes hacer casi cualquier cosa, pero ante tal inmensidad aparecen muchos bugs porque es completamente imposible no haber dejado nada en el aire a la hora de programarlo. En este caso, por tanto, hablar bien de Skyrim es lo que mola. Aunque ni lo hayas probado. Es lo que se lleva.

Skyrim_bug

En definitiva, con ésto de las redes sociales nuestra opinión importa y llega a más gente de la que creemos. Por lo tanto, por favor, no rajéis por rajar, no critiquéis sin probar, no compréis un juego sólo porque tal análisis le ponga un sobresaliente. Y sí, por favor, expresad vuestra opinión con criterio y siempre exponiendo vuestras razones por encima de todo. No menospreciéis el trabajo de nadie y en definitiva no atacar por el simple hecho de ganar seguidores. Con comentarios y críticas sin sentido sólo llegamos a un mundillo en el que cada vez es más difícil fiarse de lo que nos dicen o nos cuentan. Un mundillo que, os recuerdo, se basa simplemente en intentar divertir a todo el que entra en él.

Francisco Pérez

Trabaja como Ingeniero Informático en una empresa de desarrollo de software sevillana. Especializado en Matemática Computacional.

  1. _~lee~_

    En general estoy de acuerdo contigo, pero cuando tocas el nombre de las sagas creo que no es una actitud correcta.

    Simplemente, el ejemplo que has puesto de FF, que no lo llamen FF y ya esta. La maldita mierda que tiene el mundo del videojuego de repetir nombres y nunca inventarse cosas nuevas. Que en el cine antes ya había segundas partes y terceras… pero ¿5, 6, 7 o más? ¿Pero con el (perdón de la palabra) que COÑO pasa?

    De nuevo, buena reflexión, pero creo que los ejemplos puestos son muy malos. Un saludo ;).

    Responder
  2. Mith

    Yo también estoy un poco saturado de tanta crítica.

    En cuanto a Skyrim, bastante cierto. Tienes muchos y graves bugs, y hay bastante gente que me habla con nostalgia de Oblivion y de Morrowind.

    Responder
  3. Cloudy

    Gracias a los dos por comentar y opinar! No estoy acostumbrado a esto, así que no seáis malos conmigo 😛 Lee yo sigo viendo los ejemplos como buenos, y lo de los nombres yo lo veo como sólo eso, un nombre…. no debería tenerse en cuenta a la hora de criticar un juego ni de dónde viene ni lo que tiene detrás, simplemente centrarse en el juego en sí sin prejuicios ni nada de eso. Y menos pensar cosas como: «van ya por el 13, menuda mierda» porque no tiene por qué ser así. Obviamente entiendo también tu opinión…. cosas como Final Fantasy XIII-2 suena ya a coña xD

    Responder
  4. _~lee~_

    No Cloudy, si tu llamas a algo por ejemplo «Zelda» se sobre entiende que va a tener las cosas que caracterizan a la saga. Más o menos novedades, pero no deja de ser un Zelda.

    Con Final Fantasy no ha ocurrido así, y cualquier juego de rol que produce SE, si puede lo llama FF, como los de otras plataformas como NGC, o Wii.

    El nombre vende para la revista de turno o la persona que compra videojuegos sin informarse, pero con la facilidad de la información ya queda poca gente desinformada y van a cavar su propia tumba. No puedes hacer un juego medio y llamarlo FF para que la nota suba y tener más ventas.

    Metete a ver los resultados financieros de Square-Enix que sacaron hace apenas unos días y me dices si la jugada les está saliendo bien.

    Responder

Comentar Mith

  • (will not be published)