Rayman Origins es el juego del momento y quiero hablaros de él. Es la excusa perfecta para hacer una reflexión acerca de un género cada vez menos frecuente en las nuevas generaciones de consolas pero que ha marcado la historia de los videojuegos de principio a fin: las plataformas.

Rayman Origins no es sólo una vuelta al origen del famoso personaje de Ubisoft (concretamente, de Michel Ancel),sino que es además una vuelta a esos plataformas que tantas alegrías nos dieron hace tan sólo unos años. Las saga Crash Bandicoot, Spyro the Dragon, Croc, Ape Escape…todos esos plataformas de alto nivel se han ido extinguiendo hasta casi su desaparición (con la excepción del fontanero de Nintendo y algún caso contado más, aunque de poca calidad). Personalmente, los echaba mucho de menos, por lo que mis primeras impresiones con este Rayman fueron excelentes. Me ha transmitido una sensación de vuelta a mis orígenes en los videojuegos difícil de explicar con palabras. Entre tanto FPS, shooter y juego de acción, entre tanta sangre, el título de Ubisoft me ha sentado genial. No es sólo un buen juego, es un juego que hacía falta, se hacía necesario en el mercado.

Todo parece apuntar que la razón de esta escasez de plataformas se debe al crecimiento en la edad media de los jugadores de videojuegos en todo el mundo. Ahora nos llaman más la atención unos gráficos realistas y el juego online, antes que una buena jugabilidad o una mayor duración en las tramas. Quizás el camino a seguir sea el de reinventar un poco el género e intentar adaptarlo a este crecimiento en la industria y en la edad del jugador habitual para que podamos seguir obteniendo juegos de calidad dentro de las plataformas.

Rayman sin embargo opta por volver precisamente a los orígenes de este género (en cuanto a la división del desarrollo en varios mundos, la evolución del personaje aprendiendo nuevas técnicas, la recolección de varios objetos durante las fases, etcétera) pero con una estética totalmente innovadora.

Una vez cubierto este primer objetivo de abrir un debate sobre la dinámica que están tomando la mayoría de videojuegos actuales y la desaparición de los juegos más clásicos como son los plataformas, voy a pasar a analizar con más detalle el juego en cuestión, Rayman Origins.

Lo primero que salta a la vista cuando empezamos a jugar es el precioso apartado técnico del juego. La música, los escenarios, los personajes, las animaciones…Absolutamente todo tiene un aspecto muy colorido y llamativo y automáticamente captará la atención de cualquier jugador. A priori puede parecer tener un aspecto infantil, lo que puede ser un problema para jugadores más avanzados, pero no hay que dejarse engañar por su aspecto. Rayman Origins puede llegar a ser un juego condenadamente difícil si queremos completar todos sus mundos explorando cada uno de sus secretos. Las distintas melodías que acompañan al juego se grabarán en tu cabeza, acompañando así a la perfección al aspecto gráfico. Cada uno de los mundos en los que se divide el juego tiene como base un elemento (agua, fuego, tierra y aire), y cada fase dentro de estos mundos tendrá unos enemigos y escenarios acordes a éste.

El desarrollo del juego es el más usual en los juegos de plataformas. Nuestro protagonista irá recorriendo cada uno de los mundos liberando a unas hadas que nos van a dar nuevas habilidades para poder ir avanzando en la historia. A medida que nos pasemos las fases y cumplamos unos objetivos podremos ir accediendo a nuevas zonas. El objetivo es liberar al jefe de cada mundo para poder acceder al mundo final. Por supuesto, tendremos objetivos opcionales como realizar las pruebas contrarreloj en cada una de las fases.

La cantidad de elementos que podemos encontrar en cada mundo hace que nunca podamos dar con dos fases excesivamente parecidas. Hay que destacar la originalidad en cada uno de los retos que nos proponen. Así, mientras recorremos nuestro mundo, vamos a tener que bucear, andar por paredes, encogernos en tamaño e incluso volar a lomos de un mosquito.

Sin duda, lo más divertido de esta nueva entrega del conocido Rayman es su modo cooperativo. Tendremos la oportunidad de completar el juego con hasta tres amigos más, pudiendo elegir entre distintos personajes para alcanzar nuestro objetivo. Sin duda alguna, vas a echar unas risas con tus amigos. Además, una vez finalizada la historia podrás seguir jugando para volver a por todo lo que hayas dejado atrás, por lo que tienes aseguradas muchas horas de diversión.

En conclusión, Rayman Origins es un juego que nos transporta de nuevo al mundo de las plataformas, que gustará a todos los públicos, a pesar de su aspecto infantil, y que aporta aire fresco al mercado actual. Si te atreves a darle una oportunidad, creo que no te va a decepcionar.