República Champiñón

En la revista New Súper Juegos las review comienzan en la página 4. No hay sección de noticias de actualidad explicando que Sony ha anunciado un nuevo juego hace 29 días o que, según han podido saber (a la vez que todo el mundo), Nintendo ha revelado los contenidos descargables gratuitos de Splatoon en un Nintendo Direct. Si el viejo dicho periodístico reza que “no hay nada más viejo que el periódico de ayer”, imagina la revista con las noticias del mes pasado.

Atreverse a descartar la sección de noticias es quizá lo más New de una revista que apuesta, y hace bien, por ofrecer lo que mejor saben hacer sus artífices, gente esencial en nuestra prensa del videojuego como Marcos García, John Tones, Bruno Sol o José Luis Sanz entre otros, acompañados por nuevas generaciones de afiladas teclas como Eva Cid o Bruno Louviers. Incluso compañeros de esta casa que se han ganado a pulso un hueco en esas páginas como Marçal Mora o Ricardo Suárez.

Porque pese llevar una tilde de más en el Súper, donde New Súper Juegos pone realmente el acento es en la crítica, en la opinión. Explicaba orgulloso John Tones en su columna en el penúltimo número de la revista (SuperJuegos Xtreme de enero de 2009) que cada número de la revista había “sudado opinión. Con todos los textos firmados por su respectivo autor, no sólo los análisis, sino las noticias, las secciones, las previews son fruto de una visión personal, pero válida y coherente”.

Leer toda esa pasión hecha crítica, reportaje o entrevista cuesta 6,95 euros (ojo, 3,99 en digital). Un precio que ha levantado airados comentarios entre quienes quizá no son conscientes de lo que explicaba Bruno Sol no hace mucho en el podcast AntiHype, y que no por conocer de primera mano la precariedad en la que vivimos los periodistas me resultó menos escalofriante: “Si tienes 40 años, una familia, un alquiler o una hipoteca, no puedes vivir de esto”. Quien entre café, cigarrillo y lata de Monster ha hecho historia de la prensa del sector en España sabe que “para sacar un dinero para poder hacer la compra, pagar la luz y tal… tienes que dormir cinco horas”.

Son los precios que hay que pagar por hacer la única prensa en papel que tiene sentido en este tiempo en el que se pueden leer auténticas maravillas a cambio de un par de clics. En este momento en el que “la crítica de videojuegos ya no puede limitarse a ser una guía de compra, ni un repositorio de información de notas de prensa, ni una gigantesca newsletter”, como explicó uno de los que lo hacen posible, Chiconuclear. Ahora podemos leer trabajos espectaculares como el de Guillermo G.M. sobre Hotline Miami. Es otro ejemplo de que ahora los textos sobre videojuegos tienen más sentido cuando escritor y lector los han jugado. Porque la noticia de hoy envolverá el pescado de mañana, pero la buena crítica, el buen texto, nunca olerá a podrido.

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